Escena 3 - La Presentación

Me detengo frente a la puerta, levanto mi cabeza, relajo superficialmente los músculos de mi cuerpo y los vuelvo a tensar para pararme derecha. Echo una mirada a mi acompañante -¿lista?- pregunto de cortesía con una sonrisa en mi rostro.

Sin importar su respuesta, entrare triunfante, abriendo las puertas de par en par saludando hacia todos lados.

Nos detuvimos antes la puerta, suspire pesadamente tratando de calmar mis nervios algo alterados. Nerviosa era poco para lo que sentía en ese momento –"no prometo nada"- no podía hacerlo a la voz en mi cabeza.

Mire a Melaniak con una sonrisa algo nerviosa, me aferre a mi violín por inercia –creo- susurre, sin borrar la sonrisa de mi rostro.

Melaniak, abres las puertas de par en par con ímpetu avasallador y comienzas a caminar a paso firme hacia el interior del auditorio por la alfombra que se desliza entre las filas de butacas.

El auditorio es grande, tiene capacidad para 200 personas, las butacas esta tapizadas en terciopelo, esta muy bien iluminado y tiene un escenario en el fondo.
El auditorio Edison tiene tres puertas dobles para la entrada del público. Pero solo esta abierta la que están cruzando ustedes. A demás, hay otras dos puertas el en el escenario.

En el interior Vandor, Fendar y Sofía esperaban su llegada junto a la base de las escaleras del escenario.

Entro saludoando hacia todos lados –Hola, hola, buenas noches, hola, hola- Saludo hacia derecha e izquierda avanzando como si fuera una estrella en una pasarela saludando gente que nadie mas ve. Llego frente a Sofía y la saludo. Repito lo mismo Fendar y aprovecho para presentarle a Muroth –Buenas noches señor Fendar, ella es Muroth Brunetti.- Sigo con Vandor y repito el mismo procedimiento –Señor Beracht, buenas noches. Ella es Muroth Brunetti. La nueva Malkavian de la ciudad.- y me quedo parada esperando su instrucción.

Miro con desaprobación como se acerca Melaniak, dando un espectaculo deplorable. Cuando Melaniak llega ante mi le devuelvo el saludo con una reverencia y entrego una calida sonrisa a Muroth.

Me impresiono un poco la actitud de Melaniak, fue un cambio drástico a su anterior postura, aunque en todo momento con ella hubo cambios. Me reí en voz baja cuando la vi avanzar, no me quise quedar atrás, la seguí por el auditorio, el lugar era como todo aquí, hermoso.

Me sentí con su actitud un poco mas relajada, imagine por un segundo lo que sería dar un concierto en un lugar así, debería ser maravilloso, aterrador pero maravilloso, reaccione cuando Melaniak me presentó -señor Fendar, un gusto- hago una ligera inclinación como saludo sonriéndole amablemente -un placer señor Beracht- haciendo también una ligera inclinación al saludarlo. Bien, ahora... a esperar.

-Buenas noches. Todavia no entiendo por que permite que siga en la ciudad. Inclino la cabeza en gesto de respuesta a Muroth diciendo:-Espero que asi lo sea.

Miro apatía el acercamiento de Melaniak, no podía esperar menos de ella. Mientras se acercan poso mi mirada sobre la joven malkavian… se ve como Sofía la describió… veremos si tiene modales.
Cuando llegan frente a mi saludo inclinando la cabeza frente a Melaniak y a la joven le digo –bienvenida, demos inicio a la ceremonia. Sígueme.
Me doy vuelta y me dirijo al escenario. Una vez arriba doy algunos pasos y me giro para mirar a Muroth.

Camino lentamente frente a Melaniak y me siento en primera fila.

-Esperamos lo mismo señor- me reí en voz baja ligeramente, luego mire a Sofia sonriéndole mientras ladeaba un poco mi cabeza, creo que no podía esperar de ella un "suerte", al menos esperaba hacerlo bien.

Mire al señor, creo príncipe ante sus palabras solo pude asentir ante ellas -si señor- comente en voz baja al caminar detrás de él -"¿Que inicie?, claro como tu no eres la que tiene que dar la cara"- comente algo molesta a la voz en mi cabeza. Cuando el se detuvo yo lo hice por inercia, dejando escapar un pequeño suspiro, me sentía una estatua, petrificada ahí ante él -"ruega que solo sea la espera y no otra cosa la que te mate... y lo digo literal".

Parado frente a Muroth, mirándola a los ojos inicio mi discurso -Mi nombre es Vandor Beracht. Mi sire es Madver Gordan, chiquillo de Benak Lotaukard, chiquillo de Delias, chiquillo de Evarchus, chiquillo de Ventrue. Soy Príncipe de esta ciudad, Valencia. Así que todos sus territorios son mis dominios.- le indico a ella -Preséntate.-

Tranquilamente camino hasta uno de los asientos de primera fila, saludo a alguien atrás y me siento.

También me siento en una butaca de primera fila.

Lo mire algo desconcertada al inicio, si me asuste un poco cuando dijo "preséntate", sentía un gran nerviosismo, el momento había llegado.

Cerré los ojos tomando con algo de fuerza el estuche en mis manos, sabía que tenía que hacerlo, sabía que tenía que decir, pero... ¿Porque tenía el que decir todo su árbol genealógico vampirico?, yo no lo conozco, calme mis nervios, suspire y mire al príncipe de forma calmada -Mi nombre es Muroth Brunetti. Mi Sire es Break. Mi mentor es Daniel Gray, Sheriff de Tolouse, mi ciudad de origen, soy perteneciente al clan Malkavian, como extranjera pido permiso para habitar en su ciudad respetando su poder y nuestras tradiciones- todo iba bien, mi tono de voz fue firme pero amable, sonreí por eso, no pensé que saldría sin tartamudear o peor. Hice una ligera inclinación ante el príncipe como muestra de respeto, una vez termino mi presentación. Melaniak dijo que después de eso me preguntaría mis intenciones.

-"¿Alguna sugerencia?"- pregunte a la voz en mi cabeza, mientras me levantaba mirando al príncipe -"no creo que le agrade mucho saber que solo quería ver su ciudad de las artes y tocar mi violín por ahí... menos si es paranoico".

-Muroth Brunetti, ¿cuales son tus intenciones en Valencia?
Mi tono de voz no es agresivo, es firme y estable. Me encuentro parado perfectamente derecho, vestido con una camisa celeste y un pantalón de vestir.

-"suena bien"- comenté a la voz en mi cabeza ante su respuesta, después de todo parecía una razón mas valia que me gusta la ciudad, no quiero estorbarle a mi mentor y quiero tocar el violín por ahí, alguien así no podría tomarlo tan bien.

Mire al príncipe y sonreí -independencia- respondí cordialmente -como todos en su momento, ha llegado mi momento de dejar el tutelaje de mi mentor y buscar un lugar propio, pensé que Valencia sería el lugar perfecto para empezar.

Escucho su respuesta con cuidado. Me quedo un momento callado meditando en sus palabras.

-Bien, dices que respetaras mi poder y las tradiciones ¿Puedes recitar las tradiciones de Caín?

Suspire, vamos ya lo he hecho, bueno lo hice con el príncipe de mi ciudad, puedo con este... creo. Lo mire, recordando mentalmente las tradiciones, creo que citar a Cain sería demasiado, así que lo diré de manera breve -La primera tradición, la Mascarada: queda prohibido revelar tu verdadera naturaleza a todo aquel que no sea un hijo de Cain, de hacerlo se renuncia a los derechos de la sangre -mi voz al principio era algo tensa a causa de mis nervios pero fui regulando mi voz -La segunda tradición, dominio: tu dominio es tu responsabilidad, nadie puede ni deben faltarte el respeto ni desafiar tu palabra estando en TU dominio- hice un especial énfasis en esa palabra, quería dejar claro que comprendía mi lugar -La tercera tradición, descendencia: solo puedes abrazar a otro con permiso de tu antiguo, de lo contrario, tú y tu progenie serán ejecutados- recitar ese en especial me traía malos recuerdos, pero no podía dejar que eso me afectara por ahora -La cuarta tradición, responsabilidad: aquellos que creas son tus propios chiquillos, estarán bajo tus ordenes hasta que los liberes y sus pecados serán tu carga- por esa ultima parte me encontraba en la ciudad, entre otras razones, para mi mentor fue mi sire -Quinta tradición, hospitalidad: debes honrar el dominio ajeno, cuando llegues a una ciudad extraña debes presentarte ante aquel que la gobierne, sin su aceptación... no eres nada- sonreí, la ironía de decirle eso a el príncipe, me parecía bizarro, hice una ligera inclinación al terminar de decir esta tradición mirando al príncipe mostrando mis respetos -Sexta tradición, la eliminación: tienes prohibido matar a otro vástago, ese derecho pertenece solamente a tu Antiguo, sólo los mas antiguos pueden convocar a la caza de sangre- me quede quieta mirando al príncipe después de mi extenso monologo.

Recitar las tradiciones, sabía que en muchos lugares lo miraban como un ritual de iniciación en la vida de los vampiros, por eso lo recitas ante el príncipe de tu ciudad cuando se te ve como vástago, tal vez con el caso de mi mentor tuvo que ser diferente conmigo -"¿crees que todo resulte bien?"- pregunte a la voz en mi cabeza.

Lo observo con cuidado mientras recita las tradiciones.
-Excelente, has sido bien instruida. La palabra de Caín es ley. Con la autoridad que delega sobre mí el Círculo Interno,- Realzo la importancia de este nombre -la máxima autoridad de la Camarilla, te aclararé cual es la lectura de las tradiciones en esta ciudad.
La mascarada: Si trasgrades esta regla, no solo perderás tus derechos como vástago, también condenas al mortal. La única condición en la que un mortal puede saber de nuestra naturaleza es que sea un Gohul. Pero si deje de ingerir sangre regularmente tanto él como tú estarán en falta.
Dominio: Has interpretado bien esta tradición. Esta ciudad es mi dominio. Tu clan cuenta con mi beneplácito de un área, pero esa área no les pertenece ni a ustedes ni a tu clan. Sin importar en que lugar de la ciudad se trate, mi voluntad es ley; después de esta, la del Sheriff y la del Senescal, en siguiente lugar corresponde la autoridad del primogénito de la zona en cuestión.
Descendencia: Al hablar de “Antiguo”, esta tradición refiere a la autoridad. Como máxima autoridad en la ciudad yo soy el único que puede conceder derecho al abrazo. Ni el primogénito de tu clan ni nadie mas que yo esta en condiciones de conceder ese derecho.
Responsabilidad: Los crímenes de tu progenie serán los tuyos hasta que le liberes.
Hospitalidad:- Sonrío –has iniciado bien. Serás reconocida como vástago de pleno derecho solo después de mi aprobación.
Eliminación: Como antes, “Antiguo” hace referencia a mí. Solo yo tengo derecho a decidir sobre la no-vida de un Cainita. En ejercicio de mi autoridad he concedido este derecho tambien al Sheriff de la ciudad, Fendar. Pero no le he concedido este derecho a nadie más, ningún primogénito ni ningún otro vástago.
Tomo un segundo antes de reanudar el discurso.
-¿Entiendes mis palabras?

Esboce una sonrisa de satisfacción ante el comentario del príncipe, lo escuche dar su discurso. Daniel me había comentado que algunas de las tradiciones variaban de lugar en lugar, pequeñas adaptaciones que se les hacían, ahora miraba porque quería que las recitara. Supongo quería dejar claro los puntos en ellas en esta ciudad.

Al menos me sentí un poco mas relajada, solo un poco. Asentí ante su ultima pregunta -Lo he entendido y cumpliré con ellas- hice una ligera inclinación al decir lo ultimo, en dado caso lo ultimo que necesitaba era que él se pusiera algo intransigente conmigo. -"Tienes razón, hasta ahora todo marcha bien, aunque me pone nerviosa tanta formalidad"- por un segundo pensé que el pedía eso por algo en especial, aunque era verdad, tenía que ser cautelosa y comportarme.