Escena 4 - Hacia el refugio

Me quedo callada por el momento, no hay nada que quiera decir.

Seguí a Sofia siempre a un paso detrás de ella, suspire pesadamente, odiaba el silencio cuando estaba con alguien mas, con la voz en mi cabeza era habitual. Subí al automóvil suspire -"este sera un largo viaje"- comente a la voz en mi cabeza.

-Oh es verdad- mire a Sofia con una sonrisa -mi departamento si esta en el territorio Malkav, ¿no?- pregunte un tanto nerviosa, yo no sabía anda de esas malditas restricciones.

-Si, lo esta.- Respondo a Muroth sin desviar la vista del frente. Mi trato es un poco frio.

Concordaba con la voz en mi cabeza, había sido un cambio muy drástico de carácter en tan poco tiempo. Entonces cuando escuche su voz fría y molesta, ¿Estaba molesta conmigo?, como un rayo que cruza el cielo iluminándolo todo, así de pronto una idea "ilumino" mi cabeza.

Suspire pesadamente abrazando mi estuche mientras miraba la ventana -lo lamento- murmure sin apartar la vista de su reflejo en el cristal -lamento haber faltado, dije que me comportaría normal y no lo hice del todo... me disculpo por ello- sonreí negando levemente con la cabeza -pero no puedo negar mi naturaleza ante la presión, esperaba que nada pasara para provocarlo- afirme con una sonrisa algo triste, para después solo suspirar pesadamente, no había sido mi intención, no había estado en mis planes y si... tal vez era algo complicado todo aquí pero igual, falte a mi acuerdo con ella, aunque esperaba no hacerlo.

No aparto la vista del frente ni cambio el tono de mi voz -Tal vez Daniel te sobreestima y yo también lo hice. No te disculpes, es tu naturaleza, es mas fuerte que voz, a demás no es a mi a quien rindes cuentas... aunque creo que has tenido mala suerte en que tu primogénito sea Melaniak.- solo ahora dejo ver una sonrisa. Si, me alegro de su mala suerte.

Me reí en voz baja ante su comentario -si tal vez me sobrestima- siempre es mejor el bajo perfil, cuando tenga que demostrar algo lo haré fuera de eso no me interesa mucho quedar bien con otros, eso de las apariencias nunca fue lo mio. No pude evitar notar esa sonrisa en su rostro ante sus ultimas palabras -"lo comprendo, creo que vio que ser nuestra amiga no traería beneficios, parece que arriesgar un poco el cuello con el príncipe sirvió para que se mostrara tal cual"-comente a la voz en mi cabeza, simplemente sonreí negando con la cabeza, había momentos para hablar y este no era uno de ellos.

Suspire, sonriendo mirándola -entonces, ¿Ya no podre escucharte cantar?- pregunte con una cara triste y de decepción.

-Tal vez- susurro para mi ante el primer comentario de Muroth. –Joven- continuo diciendo sin apartar le vista del frente -mi Eliseo tiene la entrada abierta a todos los vampiros de la ciudad. Podrás escucharme, pero entenderás que me preocupara que no faltes el respeto a nadie. Nuestro benévolo príncipe fue muy amable hoy, tal vez demasiado. Pero no te negaré la entrada… aunque entenderás que no te buscare para que vengas.

Hice un pequeño puchero colocándome bien en mi asiento, mirando hacia enfrente mientras abraza mi violín -comprendido, Eliseo para todos, pero no era la respuesta que esperaba...o tal vez si...- me reí en voz baja, la voz en mi cabeza tenía razón, pero siendo un contacto de Daniel, era mejor no molestarla, no tenía que darle problemas desde lejos a mi mentor.

Me reí en voz baja mirándola -si es benévolo, ¿Que tiene de extraño que haya sido amable con una Malkavian?- pregunte con inocente curiosidad -si es benévolo, es amable, tolerante y comprensivo, ¿no?, mas con una hija de la locura que simplemente no comprendía porque tantos limites y aun así los acepto, acepto su voluntad y le juro lealtad- me reí de nuevo en voz baja mirando hacia enfrente -creo que lo que cuenta es la intención, yo prometí ser buena y cumplir las reglas y así lo haré- comente con una amplia sonrisa, mirando el estuche de mi violín -si un día deseas escuchar una mediocre interpretación mía eres bienvenida- me encogí de hombros mirándola de reojo -aunque dudo que lo hagas- mi tono era tan despreocupado y a la vez sincero en mi invitación, yo jamás haría a un lado a alguien, ni dejaría de tocar solo porque no me agrada o no le agrado.

Suspire -"quiero llegar a casa y tocar un poco antes de dormir, ¿No sería agradable después de lo que paso esta noche?"- comente a la voz en mi cabeza, creo que me faltaba ser un poco mas yo.

-También lo dudo,- continuo hablando con mi tono gélido -soy una persona muy ocupada, hacerme tiempo para dedicárselo a alguien es un esfuerzo para mí. Es obvio que no me conviene dedicarlo a quienes no esta dispuesta o en condiciones de respetar las normas de mi Eliseo.- Reflexiono un segundo –no pienses que te guardo rencor, es mas bien desilusión. Pero entiendo que este sea tu límite.- Hago silencio un segundo y continuo con un tono un poco mas animado -Nuestro príncipe es un gran vampiro, a logrado superar grandes adversidades para mantener su trono.- cambiando un poco la vos, en un tono más personal -A veces siento que las peores amenazas no son externas… no lo digo por menospreciar al Sabbat.- retomando el tono que tenia antes –es un gran vampiro, pero se mostró muy permisivo, en otros lugares uno conducta como esa te habría costado caro, también a Melaniak.

Suspire pesadamente rodando los ojos con ese pequeño arranque de la voz en mi cabeza, limites, limites, vivíamos de eso, por favor. Comprendía en cierta medidas las palabras de Sofia, mi actitud no había sido la mejor, aun así el la merecía, se cuidar mi lengua por una vez que no lo haga...pfff, que fastidio.

Suspire pesadamente mirando la ventana -lo mismo dijo Melaniak- afirme sin mucho interés, frotando mi dedo indice en la ventana formando figuras -príncipe joven, que mantiene la ciudad en orden a pesar de todo- suspire aun igual con un tono neutral -algo digno de admirar entonces... aunque si te decepciona que no me haya castigado, deberías decepcionarte de dudar de él por lo que cuentas, lo crees benévolo y aun así te decepciona que una Malkavian actuara como tal y que no fuese castigada... ni siquiera le falte el respeto solo me exprese- me encogí de homrbos sin prestar mucha atención a mis palabras, comencé a susurrar una canción -malki, malki, cantaba la rana... malki, malki, debajo del agua- para después de esas palabras solo tarareaba la melodía.

-Es curioso que justo Melaniak haya dicho eso.- Estaciono en automóvil a mitad de cuadra –Murot, ya llegamos, este es tu edificio, en el tercer piso el departamento C.- le entrego las llaves –es la única copia que tuve de las llaves. Pero antes de que te vayas, dejame darte un último consejo: Ten cuidado con Melaniak, no todo es lo que aparenta. Corren muchos rumores sobre ella, algunos son realmente graves. No te estoy diciendo que ella este tratando de derrocar a nuestro príncipe… pero algunos de los rumores casi lo insinúan. He visto al príncipe y al sheriff pedir ayuda a Melaniak y la he visto a ella negarse incontables veces. Ten cuidado, temo que alguien te trate de usar como peón en una guerra que no es tuya.

Le sonreí a Sofia ante su comentario, tome las llaves asintiendo -gracias- mire al edificio cuando ella me dio las indicaciones de mi nuevo hogar, gire sonriéndole ampliamente -agradezco tu gesto, yo no deseo ser usada, a decir verdad mañana ire a ver a Melaniak, el señor Príncipe dijo que ella me diría las cosas que me hace falta saber- sonreí negando levemente la cabeza al escuchar la voz en mi cabeza, estaba de malas, en realidad no la culpaba.

Suspire -¿Podría abrir para que saque mis maletas?- pregunte con una sonrisa nerviosa y la mayor amabilidad que podía usar.

-Por supuesto.- respondo, debo reconocer que me había olvidado de las maletas. Así que abro el baúl y salgo del automóvil. Me paro junto baúl, no voy a ayudar a Muroth a cargar que su equipaje, ese no es mi trabajo, pero si voy a acompañarla hasta que lo junte y de la vuelta.

Sonreí de manera amplia ante la reacción de Sofia, creo que lo había olvidado. Rodee el automóvil hasta el portaequipaje baje mis dos maletas, con cuidado, los coloque de pie, agradezco que tengan ruedas. Me incline ante Sofia -gracias por los consejos, los tomare en cuenta, a pesar de no agradarte, aunque me gustaría ser al menos cordial con una amiga de Daniel- sonrío de manera amplia y sincera. Tomando mis maletas y el estuche de mi violín dándole la espalda caminando hacia el edificio.

Me quedo parada junto al auto con los brazos cruzados mientras veo que se aleja. “es una lastima que no sepa comportarse” pienso para mi “o mejor dicho: un peligro”. -Ten cuidado Muroth, esta ciudad puede ser mas peligrosa de lo que aparenta-.
La observo entrar al edificio y luego voy rápidamente a mi refugio, la noche casi termina.

-lo se, gracias- murmure en respuesta a Sofia, desde que había llegado era lo único que me habían dicho, no comprendía del todo como era eso posible, pero siendo vampiros es mejor no preguntar sino tomar las precauciones adecuadas.

Suspire aliviada cuando pude entrar y escuche el automóvil de Sofia alejarse, que noche tan mas estresante y aun tenía que llamar a Daniel, la zona horaria era diferente, si estaba dormido y hablaba con la grabadora sería mejor. Me sorprendió un poco cuando alguien hablo, mirando mejor, pude ver a un señor mayor, tal vez sería el encargado aunque su apariencia fuese tan... peculiar. Le sonreí amablemente -soy nueva...vivo aquí o eso planeo, disculpe, ¿Quien es usted?- pregunte de manera amable, aunque siendo sinceros, no me queda mucho tiempo, ¿o si?.